La Ertzaintza, en colaboración con las policías locales, refuerza los controles preventivos de alcohol y drogas a las personas conductoras del 30 de enero al 5 de febrero.
Dar positivo en una prueba de alcoholemia se considera una infracción muy grave que conlleva sanciones de 500 a 1.000 € y la retirada de hasta 6 puntos. En caso de negarse se les podrá imputar un presunto delito contra la seguridad vial.
Desde Tráfico han recordado que el consumo de alcohol o drogas, junto con las distracciones y la velocidad inadecuada, es un factor concurrente en los accidentes de tráfico con personas fallecidas o heridas graves. De ahí la importancia de estas campañas para prevenir accidentes, que pueden tener consecuencias dramáticas.