La llegada del verano y sus altas temperaturas nos hace confiar en que virus como la gripe se quedan en invierno. Pero aunque lo más común sean los resfriados, tener gripe en verano también es posible, sobre todo si descuidamos la salud.
Las bebidas heladas, el aire acondicionado al máximo o ropa húmeda por el sudor suelen ser algunas de las razones por las cuales llega a nuestro cuerpo este virus. La causa más común son los cambios bruscos de temperatura que sufrimos entre el exterior y los lugares con aire acondicionado, ya que se irritan nuestras mucosas nasales y facilita el ingreso de los rinovirus. Lanier Pharma, una empresa farmacéutica especializada en la investigación, nos da unos cuantos consejos para que esto no arruine nuestras vacaciones como evitar cambios bruscos de temperatura, estar hidratados o mantener una buena alimentación.