La treintena de niños saharauis que han pasado el verano en Durangaldea ya han vuelto a los campamentos de refugiados de Tinduf.
El trabajo de la ONG Río de Oro ha permitido que nueve menores con diversidad funcional hayan estado disfrutando del periodo vacacional en el albergue de Izurtza mientras que otros once niños y niñas han estado acogidos por once familias de la comarca.
Desde hace una década, el proyecto de Río de Oro evita que los niños tengan que soportar temperaturas que en el Sahara en verano oscilan entre los 45 y 55 grados. Además, durante la estancia les proporcionan una alimentación adecuada y un exhaustivo reconocimiento médico.