El consejero de Educación del Gobierno vasco, Jokin Bildarratz, ha elevado el tono este lunes y ha acusado a las empresas de transporte escolar que se niegan a sacar los autobuses de utilizar a las familias como «rehenes».
Las compañías han vuelto a rechazar hoy acatar la orden de ejecución forzosa con la que el departamento pretendía obligarlas a prestar el servicio. Su «insumisión», ha dicho Bildarratz, tendrá «consecuencias», aunque no ha detallado cuáles.
El consejero se ha referido así al conflicto con el sector del transporte que afecta únicamente a los colegios públicos de Bizkaia y Álava. Unos 10.000 alumnos en total. De ellos, 7.400 se quedaron sin autobús el pasado jueves y viernes, cuando la mayoría de centros arrancaron el curso.