En el documento se critica los vuelos de las balconadas, que no deberían superar los 1,2 metros pero que sin embargo alcazan los 2 metros de longitud. Asimismo, señalan que han levantado una planta más de las permitidas por el Plan con el beneplácito del Consistorio, quien les ha otorgado el permiso para hacerlo.
Junto al colectivo sexo disidente, otras organizaciones del barrio cuestionan este tipo de proyectos, los cuales, según estos colectivos, no ayudan a evitar una gentrificación que ya existe, sino todo lo contrario. Nos cuenta más Virginia García Fernández, portavoz de Egham.