Ocurrió el pasado mes de junio en el aeropuerto de Bilbao. Un pasajero procedente de Lima (Perú) vía París intentó rebasar el control de aduanas del aeropuerto de Bilbao vistiendo una llamativa chaqueta, en apariencia, de piel de serpiente. En realidad, la prenda estaba hecha con la piel de una anaconda gigante, una especie protegida, por lo que el viajero está siendo investigado por un delito contra la flora y la fauna.
Cuando la Guardia Civil revisó su equipaje comprobó que el hombre transportaba 10.900 euros en metálico que no habían sido declarados en la aduana.
Pero a los agentes aún les quedaba por llevarse otra sorpresa, al preguntar por la prenda que llevaba puesta, el pasajero aseguró que se la había confeccionado él mismo con la piel de una anaconda gigante que cazó con arpón en la selva amazónica. Esa confesión hizo saltar las alarmas de los agentes que comprobaron que, efectivamente, se había hecho una chaqueta con un espécimen protegido.
El autor fue investigado por un presunto delito contra la flora y fauna, dado que, según convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la Anaconda Gigante es una especie protegida. Los agentes intervinieron la chaqueta y el dinero en metálico que portaba en la maleta. Las diligencias fueron entregadas en el Juzgado de Guardia de Bilbao.
