París ha invertido 1.400 millones de euros para limpiar el río Sena antes de los Juegos Olímpicos de 2024, en un intento de mostrar que su agua es apta para eventos deportivos y, eventualmente, para el baño público. Esta limpieza incluye medidas como la construcción de un enorme depósito de agua y la prohibición de embarcaciones contaminantes, todo en busca de cumplir con los estándares de calidad de agua. Sin embargo, el proyecto ha enfrentado críticas debido al alto costo y la percepción de que es más una táctica política que un verdadero logro ambiental.
En contraste, Bilbao lleva décadas trabajando en la recuperación de su ría, con una inversión total de 1.200 millones de euros que ha resultado en la limpieza efectiva de sus aguas. Desde 1979, la ciudad implementó el Plan Integral de Saneamiento, que incluye 280 kilómetros de colectores para aguas residuales y la operación de 31 plantas depuradoras, como la de Galindo, que procesa 350 millones de litros de agua al día. Esta inversión ha transformado la ría, convirtiéndola en un espacio apto para actividades deportivas y recreativas. Aunque El Ayuntamiento ha señalado que no es una zona apta para el baño regular, no ha prohibido su uso, dejando la decisión en manos de los ciudadanos.
Bilbao ha conseguido celebrar eventos deportivos en la ría, como competiciones de remo y triatlones, sin los problemas que enfrenta París. Según el investigador Javier Franco, Bilbao es un ejemplo que París podría emular, debido al enfoque sostenido y menos costoso que ha permitido a la ciudad mejorar la calidad del agua de la ría con el tiempo.