El jefe de la policía autonómica, Josu Bujanda, envió el pasado viernes una instrucción a los jefes de la División de Protección Ciudadana e Investigación Criminal y a los mandos de cada territorio en la que ordena trasladar a los agentes esta medida que ya se activó hace un par semanas en Araba.
En este sentido, precisa que “debe valorarse la gravedad de la amenaza en atención al momento en el que se produce, las personas que intervienen, los actos anteriores, simultáneos o posteriores”. Se considerará entonces “amenaza grave cuando esta sea seria y creíble por ser potencialmente esperado un comportamiento agresivo que lleve a efecto el mal amenazado».
Por ello, establece que “el mero porte o exhibición de armas u objetos potencialmente peligrosos” será un delito leve de amenazas “atendiendo a las circunstancias del hecho, el contexto del mismo y la credibilidad de que se vaya a llevar a cabo sobre dicha amenaza”.
En estas circunstancias, y salvo que concurran otros delitos, “se instruirá atestado identificando a esa persona autora en calidad de investigada” y se procederá a decomisar el arma y a entregar la correspondiente acta de infracción, es decir, la multa.
Pero todavía hay otro requisito para que mostrar un arma blanca sea delito. La presunta víctima o representante legal deberá interponer una denuncia. En caso contrario se archivará la causa.
Hay una excepción y es cuando se produzcan comportamientos de este tipo en el ámbito familiar y en casos de violencia machista, donde ya hay establecido un protocolo específico.