Según ha informado la Ertzaintza, la investigación se inició hace varios meses al sospechar que uno de los detenidos vendía droga en su domicilio y en las inmediaciones.
El pasado 5 de septiembre la patrulla de vigilancia en torno al domicilio del investigado vio que llegaba con otro hombre que abandonó el inmueble 10 minutos después, momento en el que fue detenido y se le encontró 1 kilo de hachís y 985 euros. En el registro de su vivienda se ocuparon 1,7 kilos de hachís, útiles para el tráfico de droga, como básculas de precisión o plásticos para dosificar las sustancias estupefacientes, y anotaciones manuscritas presumiblemente relacionadas con la compraventa de drogas y 3.300 euros en metálico.