Puppy es el perro por excelencia de Bilbao y por eso dos veces al año cambia su vestimenta para amoldarse a las estaciones. Este gran can está compuesto de diferentes flores, lo cual hace que el proceso de cambio sea complejo. Durante nueve días 20 personas se encargan de colocar la nueva flora y este tiempo puede alargarse hasta las dos semanas si el trabajo requiere cambiar el manto de turba.
Este nuevo traje está compuesto de violas y pensamientos azules, blancos, morados y amarillos. Unas flores que soportan bien las bajas temperaturas, aunque con los grados de estos últimos días seguro que Puppy podría haber aguantado un poco más con las begonias, las alegrías y las petunias.
Obra de ingeniería
Si bien por fuera parece un perro sencillo, la realidad es que por dentro la estructura es toda una obra de ingeniería. Está compuesto de un esqueleto de acero y hormigón y sobre él se coloca la turba, una malla metálica y el manto geotextil sobre el que crecen las plantas. Para el mantenimiento se utiliza un sistema de riego digital y sostenible. De momento tendremos una visión verde de Puppy hasta que llegue la floración.
