Vamos con un nombre propio, el de Raúl Pérez Uruburu, `Alive´, un ejemplo de superación, esfuerzo, tesón, y solidaridad. Este grafitero vizcaíno, que nos ha visitado en Revista Semanal, en Telebilbao, nos ha contado que desde muy pequeño le gustó el mundo del graffiti y que, tras sufrir un infarto cerebral en 2006, pensó que nunca más volvería a pintar. Afortunadamente no ha sido así, y aunque tuvo momentos muy complicados, llegando incluso a pensar en el suicidio, supo reconducir su situación y mirar hacía el futuro.
Su historia la podemos conocer ahora gracias al corto documental «Alive, más vivo que nunca», en el que nos cuenta como, tras cinco años en un hospital, gracias a la rehabilitación diaria y su actitud positiva, fue recuperando paulatinamente parte de su movilidad y con ello su vida, en la que el mundo del graffiti es una pieza fundamental, pero también el ayudar a los demás. Y es que ahora se ha convertido en mentor para las personas que sufren algún tipo de discapacidad.