El año pasado Osakidetza atendió a casi 8.900 personas que sufrieron un ictus (54,5% hombres y 45,5% mujeres), siendo más de la mitad pacientes mayores de 75 años. Teniendo en cuenta esta realidad, y con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra este martes, el Departamento vasco de Salud anuncia que trabaja en una nueva estrategia para la atención de enfermedades tiempo-dependientes. Se trata de dolencias como el ictus o el infarto de miocardio.
El objetivo es mejorar la respuesta y la atención ofrecidas a las personas que sufren estas enfermedades, incorporando nuevas perspectivas en su abordaje y adoptando un enfoque más amplio. Cobra especial importancia la prevención, a través del fomento de los hábitos de vida saludable y del ejercicio, así como mediante el control de los factores de riesgo vascular. En este sentido, Osakidetza, recordemos, cuenta ya con un Plan de Atención a Pacientes con Ictus.
Las patologías tiempo-dependientes son aquellas en las que el tiempo transcurrido entre la aparición de los síntomas y la intervención médica determina de forma crítica el pronóstico del paciente.
La importancia de identificar los síntomas
La concienciación y dar a conocer los síntomas es imprescindible para que la ciudadanía sepa identificar sus señales y pueda actuar de manera inmediata. En caso de presentar de repente alguno de estos síntomas, la recomendación es llamar sin demora al 112:
- Pérdida de fuerza en brazo, pierna y/o cara.
- Disminución de la visión total o parcial o visión doble.
- Pérdida o dificultad en el habla.
- Inestabilidad o desequilibrio e incapacidad para andar.
- Dolor de cabeza muy intenso.
- Sensación de hormigueo o acorchamiento en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.