En los tiempos que corren parece que cuando llegan estas fechas solo escuchamos hablar de Halloween. Esta tradición se ha ido colando entre las rutinas de los vascos hasta ser una fiesta más. Sin embargo, hace muchos siglos, en Euskadi ya era una noche especial.
De siempre se ha sabido que Halloween es una derivación de la festividad Samhain de los celtas. Durante esta jornada, los celtas celebraban la cosecha y el comienzo del invierno. También se consideraba que era el momento justo en el que el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más sensible, permitiendo el paso de los espíritus al mundo terrenal. Para protegerse, encendían hogueras y se realizaban ofrendas para honrar a los ancestros. Una noche de más de 2.000 años que se fue extendiendo por Europa y América.
¿Qué pasaba en Euskadi?
En Euskadi teníamos una celebración conectada directamente a Samhain. La arimen gaua -noche de las almas- o la gau beltza -noche negra/oscura- son antiguas tradiciones vascas que se remontan a tiempos precristianos. Durante siglos, celebramos la gau beltza encendiendo velas en las ventanas para guiar a las almas de nuestros familiares fallecidos y dejando algo de comida en la mesa para los espíritus visitantes. Además, los jóvenes y niños se disfrazaban de seres oscuros o fantasmas, recorriendo las calles y pidiendo comida, similar al actual “truco o trato”. En lugar de calabazas, se usaban nabos tallados como linternas para ahuyentar a los malos espíritus, una práctica que se documenta en algunas aldeas vascas hasta el siglo XIX. En estas noches, las familias se reunían para compartir historias de sus ancestros y así transmitir el recuerdo y respeto por sus seres queridos fallecidos.
Desde el siglo IV d.C., y después con la llegada del cristianismo, el 1 de noviembre fue reconocido como el Día de Todos los Santos. Esto favoreció que las tradiciones paganas de la arimen gaua persistieran, manteniendo la creencia en el cruce entre el mundo de los vivos y el de los muertos en esta noche especial.
Y llegó Halloween
Sin embargo, a partir del siglo XX y con la llegada de Halloween, muchas de estas prácticas locales comenzaron a desaparecer. La influencia estadounidense, especialmente desde los años 70, hizo que Halloween ganara popularidad en Europa y en el País Vasco. Esto llevó a una pérdida de interés en la arimen gaua que empezó a quedar relegada. Sin embargo, en los últimos años, cuando asociaciones culturales como Euskaltzaleen Topagunea comenzaron a promover la recuperación de esta tradición en numerosas localidades de Euskadi.
Aunque Halloween sigue siendo muy popular, la arimen gaua o la gau beltza ha logrado establecerse como una festividad vasca distintiva. Una que busca reforzar las costumbres locales y conectar a las nuevas generaciones con las historias y creencias de sus antepasados. La recuperación de esta festividad es también un esfuerzo de muchas familias por transmitir esta parte del patrimonio cultural, adaptándola a los tiempos modernos y consolidándola como una alternativa a Halloween.