Nueve meses después del asesinato de Silvia López Gayubas, a manos de sus dos hijos, ya hay sentencia firme, debido a que la jurisdicción del Menor impone tiempos de instrucción mucho más ajustados que la Justicia de adultos. El Juzgado de Menores de Santander ha condenado al hijo mayor, de 15 años en el momento de los hechos, aunque cumplió 16 a los pocos días del crimen, a la pena máxima que prevé la Ley del Menor, seis años de internamiento en un centro cerrado.
Se trata de una medida de seguridad, con un objetivo reeducativo, no de una condena. La jueza establece la pena más severa que prevé la ley para esa franja de edad. Si hubiera tenido ya cumplidos los 16 años, la medida se podría haber elevado hasta los 10 años por la «extrema gravedad de los hechos».