En el minuto 66 del partido entre el Athletic y el Real Madrid de LaLiga, Julen Agirrezabala protagonizó un momento de tensión en San Mamés. No midió correctamente una falta lanzada por Rodrygo. El balón, tras ser rematado por Rüdiger contra el larguero, terminó en un choque entre ambos. Esta acción llevó al árbitro Sánchez Martínez a señalar penalti. Sin embargo, el joven guardameta rojiblanco supo redimirse del error de forma magistral, deteniendo el lanzamiento de Mbappé. Este acto heroico encendió nuevamente a la afición, que celebró con un estallido de alegría y ovaciones, dejando claro que San Mamés no solo es un campo, sino un fortín de emociones intensas.