El trágico atropello de Iurgi Beraza, un niño de 11 años que falleció en mayo de 2020 en Aulesti, Bizkaia, se investigará nuevamente. Un juez inspeccionará en persona el lugar del accidente, tras una demanda civil presentada por los padres del menor. El caso, archivado por la vía penal, se ha reabierto en el ámbito civil para determinar responsabilidades y exigir una indemnización a la aseguradora del vehículo.
La investigación inicial de la Ertzaintza concluyó que el accidente fue una “fatal desgracia”, y que el conductor respetó el límite de 20 km/h del camino vecinal. Sin embargo, un informe técnico independiente y gratuito certificó que el coche circulaba a más de 50 km/h y que el atropello se pudo evitar con maniobras adecuadas.
El caso, lleno de interrogantes, también cuestiona la actuación policial, ya que no se verificó si el conductor incumplía las restricciones del confinamiento. La visita judicial al lugar del accidente, prevista para enero, será clave para esclarecer los hechos y arrojar luz sobre una tragedia que dejó a una familia rota y sin respuestas.