La Sociedad Española de Otorrinolaringología ha advertido que los niños menores de cinco años no deben comer las uvas en Nochevieja. Esto se debe al alto riesgo de atragantamiento o asfixia.
La organización ha advertido de los riesgos que puede suponer esta tradición en los más pequeños. Debido al su tamaño, su piel resbaladiza y el jugo de su interior, las uvas pueden tragarse sin masticar y provocar un taponamiento en las vías aéreas, impidiendo al niño respirar. Además de las uvas, esta fruta tampoco debe sustituirse por la ingesta de frutos secos, palomitas de maíz, caramelos o grajeas de chocolate para dar la bienvenida al año 2025, debido a que los fragmentos duros que desprenden al morderlos también pueden obstruir las vías respiratorias. Asimismo, la Sociedad advierte que las uvas también pueden resultar peligrosas para mayores de 65 años y pacientes con disfagia.