Alfonso Prieto, fue el pionero de una emisora que comenzó su andadura con un estilo único y distintivo. Radio Nervión, en sus primeros años, era solo música. Alfonso, en sus primeras jornadas, se levantaba de madrugada, y se acercaba hasta los estudios de Zabalburu para asegurarse de que el revox seguía funcionando, dejando que la música fluyera sin interrupciones. Poco después, se le encomendaría dar un paso más. La audiencia crecía sin parar y había que presentar las canciones. Su voz fue la primera que se escuchó en las ondas de la radio como locutor que presentaba música, marcando el inicio de una nueva era. Fue el primer locutor y destacó por su dedicación y su constante esfuerzo por hacer posible lo que parecía un sueño: una emisora que, con el tiempo, evolucionaría para convertirse en uno de los referentes de la radio en Euskadi.
Ana, su compañera de despacho, recuerda que le escuchó como locutor incluso antes de trabajar codo con codo junto a él. “Recuerdo pasear por el puerto de Santurtzi. Todavía no nos conocíamos. Y él ya presentaba música en los primeros años a las nueve de la noche. Los cocineros del Asador Mandanga de Santurtzi tenían la radio a todo volumen, colocada en el murete, y allí estaba su voz presentando las canciones”.
Más que un locutor
Alfonso Prieto fue mucho más que un locutor, fue parte fundamental de la historia de esta casa. Después de sus años en los micrófonos, se dedicó a la contabilidad de la empresa, un área en la que también dejó su huella. Como encargado de llevar las cuentas, se convirtió en un verdadero experto en números, “haciendo de su puesto un fortín”, aseguran los compañeros. Irónico y muy reservado, cuando conseguías entrar en él, te partías de risa. Seguramente, fue su carácter reservado, el que le ayudó a ejecutar su función de responsable de contabilidad de la emisora con mucha categoría. Eso si, había una época que no le gustaba: la Navidad. Gestionar la venta de un número completo de la lotería, el de Radio Nervión acabado en 88, no era tarea fácil. Ponía sus normas y sus plazos y todos obedecíamos.
A pesar de estar rodeado de empleados que en su mayoría eran aficionados del Athletic Club de Bilbao, Alfonso se declaraba un ferviente seguidor del Real Madrid, lo que daba pie a interminables discusiones con los compañeros de Bilbosport sobre fútbol. Debates que crearon momentos de camaradería y humor que hoy permanecen en la memoria colectiva de la empresa.
Días de radio
En Radio Nervión, siempre nos hemos destacado por tener algo para picar. Cumpleaños, detalles de los oyentes. Alfonso, era de salado. “Si había dulce en la mesa, ni caso, pero si había salado, siempre te hacía la broma de coger algo”, recuerdan sus compañeros. El paquete de Ducados, sus gafas y sus característicos jerséis, fueron algunos de los detalles que lo hicieron único. En un tiempo en el que fumar aún era permitido en las empresas, Alfonso era un personaje inconfundible, tanto por su estilo personal como por su impacto en la radio y en todos los que lo conocieron.
Fue uno de los pioneros. Tras el reciente fallecimiento de Ramón Astika, es imposible no recordar el tándem que formaban los dos disfrutando de una copa de vino en el Rimbombín, el bar de Jose, su lugar habitual tras las jornadas de trabajo. Ramontxu, siempre buscaba la excusa perfecta para visitar junto a su amigo y compañero, el emblemático restaurante La Chuleta de Zorroza. «Les encantaba».
Adios Alfonso
Los compañeros de Radio Nervión siempre te recordaremos por tu fuerte carácter, pero con un fondo lleno de bondad y cercanía. Hoy, todos los que fuimos testigos de tu trabajo, dedicación y amistad, lamentamos tu partida. Gracias Alfonso, por ser parte fundamental de la historia de esta casa. Llegar hasta aquí no ha sido fácil, y tu trabajo y dedicación han sido fundamentales.
Descansa en paz, Alfonso. Goian Bego.