El sueño del Athletic Club de revalidar su título de Copa del Rey llegó a su fin en los octavos de final tras una dolorosa e inesperada derrota por 2-3 frente al CA Osasuna en San Mamés. Un encuentro marcado por los regalos defensivos y las oportunidades desaprovechadas, que dejaron a los leones sin margen para forzar una prórroga.
El choque empezó cuesta arriba para el equipo de Ernesto Valverde, que encajó dos goles en apenas tres minutos al borde del descanso. El Athletic recortó distancias antes del descanso. Nico Williams aprovechó un centro de su hermano Iñaki para devolver la esperanza a los locales con el 1-2. Tras la reanudación, los leones salieron decididos a remontar. Valverde movió el banquillo, dando entrada a Yeray por Paredes, y el equipo respondió con intensidad. El esfuerzo dio sus frutos en el minuto 54, cuando De Marcos culminó una gran jugada colectiva con un potente disparo que igualó el marcador.
Sin embargo, los errores volvieron a castigar al Athletic. Un error grosero de Aguirrezabala a la hora de interceptar un balón lo aprovechó Budimir para poner el que a la postre sería el definitivo 2-3. Los leones intentaron reaccionar, pero la lesión de Sergio Herrera interrumpió el ritmo del partido, y las oportunidades generadas no se materializaron. Jauregizar, Vivian y Nico Serrano tuvieron opciones para empatar, pero la fortuna no estuvo de su lado.
Hasta la fecha los rojiblancos habían superado 26 eliminatorias consecutivas a partido único. Por estadística alguna vez tocaba caer, y ha sido ante nuestra bestia negra particular, un Osasuna que ya nos eliminó hace dos temporadas a doble partido.
Ahora toca correr un tupido velo y centrarnos en LaLiga y la Europa League. No queda otra.