Un poco de Bilbao en Roma

El rincón de Roma que esconde un pedacito de Bilbao

Descubre el inesperado vínculo entre dos ciudades separadas por más de mil kilómetros, pero unidas por la historia y el legado cultural
La iglesia San Carlo alle Quattro Fontane en Roma. / Google Maps

Roma y Bilbao están más unidos de lo que creíamos a pesar de sus 1.270 kilómetros de distancia. Y es que la ciudad eterna cuenta con algunos pequeños tesoros y curiosidades muy ligados a la Villa. Si nos acercamos a la iglesia San Carlo alle Quattro Fontane, conocida cariñosamente como “San Carlino”, nos encontraremos con una pequeña joya barroca de Borromini en el centro de Roma. Aunque destaca por sus curvas y detalles arquitectónicos, guarda un secreto inesperado: un frontón de pelota.

Este espacio se remonta a los años cuarenta, cuando los trinitarios españoles, muchos de ellos vizcaínos, aprovecharon un terreno sobrante tras la demolición de un convento cercano. Aunque pequeño y lejos de ser reglamentario, el frontón fue durante décadas un lugar de encuentro para seminaristas, especialmente vascos, quienes organizaban torneos de pala. Sin embargo, la falta de vocaciones ha dejado el frontón en desuso, cubierto de grietas y hierbajos, evocando escenas de una Roma olvidada.

Benefactora bilbaína

El declive no ha pasado desapercibido para los frailes, quienes intentaron conseguir apoyo del Gobierno Vasco para restaurarlo sin éxito. Pese a todo, el convento y la iglesia mantienen detalles que conectan con sus raíces vascas, como un escudo con el árbol de Gernika pintado en el techo de una de las dependencias anexas a la iglesia. Otro detalle es el homenaje a Doña Casilda Iturrizar que donó generosamente los fondos necesarios para embellecer el pavimento de la iglesia, que originalmente era de ladrillo, en 1898. Como testimonio de su aportación, se colocó una inscripción en latín que menciona a Bilbao bajo la famosa cúpula de Borromini, lugar que diariamente atrae a numerosos turistas.

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Sin rivalidad entre equipos vascos

Si os dais un paseo por el barrio de Trastevere en Roma, podéis hacer una parada en el Bar San Calisto para sentiros como en casa. Destaca por su ambiente auténtico, con mucha juventud, cerveza barata y por su especial vínculo con el Athletic. Luca, el propietario del bar, vivió en Bilbao hace una década, donde desarrolló una profunda conexión con la cultura vasca y el equipo rojiblanco. Al regresar a Roma, decidió dedicar un espacio en su establecimiento donde la rivalidad desaparece para dar paso a un homenaje al Athletic, a la Real Sociedad, al Alavés, al Eibar y al Osasuna.

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