En una tarde marcada por el viento en San Mamés, el Athletic no logró romper el cerrojo del CD Leganés, empatando sin goles en un partido que dejó un sabor agridulce. Los visitantes, liderados por una defensa férrea y una disciplina táctica encomiable, demostraron por qué son un rival tan incómodo en LaLiga (ni Barça ni Atlético le hicieron gol). Para los leones, el consuelo residió en mantener la distancia de seis puntos sobre el Villarreal CF, su principal perseguidor por los puestos que dan opción a jugar la próxima Champions.
El equipo de Ernesto Valverde acumuló ocasiones (hasta 45 centros área), pero la puntería les dio la espalda. Guruzeta y Berenguer acariciaron el gol con sendos remates de cabeza, y un seco derechazo de Vivian puso en vilo a Dmitrović, el guardameta pepinero. Sin embargo, la portería del Leganés se mantuvo inexpugnable, reforzando la sensación de un rival que sabe sufrir y salir airoso en escenarios hostiles.
Simón providencial
El Leganés, que apenas inquietó en la primera mitad, mostró otra cara tras el descanso. En el minuto 51, Simón emergió como héroe local con una espectacular parada a cabezazo de Miguel de las Fuentes. Más tarde, una indecisión defensiva rojiblanca estuvo a punto de costarles caro, pero Vivian, sólido durante todo el encuentro, evitó lo que parecía un gol cantado.
Los minutos finales se jugaron a un ritmo frenético. El Athletic intentó con más corazón que cabeza, pero el destino parecía escrito. Munir, con un zapatazo que estremeció el larguero, estuvo cerca de desnivelar la balanza. En el epílogo, Oihan tuvo en sus botas la última oportunidad, pero el gol siguió siendo esquivo.
Con este empate, el Athletic suma 40 puntos y mantiene vivas sus aspiraciones europeas. Ahora, el reto es pasar página rápidamente y concentrarse en el próximo desafío: el Viktoria Plzen en la Europa League. La cita europea, marcada en rojo, será la oportunidad perfecta para dejar atrás la frustración de un partido en el que las oportunidades se esfumaron, pero la lucha nunca cesó.