El Athletic desplegó su mejor versión de fútbol y derrotó con contundencia al Girona F.C. por 3-0 en un partido marcado por la actuación estelar de Oihan Sancet, autor de los tres goles. Con una exhibición de intensidad y dominio en todas las zonas del campo, el equipo dirigido por Ernesto Valverde consolidó su presencia en la cuarta plaza de la clasificación.
Desde el inicio, el conjunto bilbaíno demostró su intención de imponerse. Sancet ya avisó con un disparo que se marchó por encima del travesaño. Poco a poco, el Athletic fue ganando terreno y sometiendo a un Girona que no encontraba respuestas ante la presión local. El guardameta Gazzaniga se convirtió en el último obstáculo para los rojiblancos, primero con una gran intervención ante Iñaki Williams tras un córner peinado por Guruzeta.
El primer gol llegó en el minuto 37, cuando Jauregizar provocó un penalti de Miguel. Tras la revisión del VAR, el árbitro confirmó la infracción. Sancet, con frialdad, transformó el lanzamiento con un disparo ajustado, inalcanzable para Gazzaniga, quien ya había demostrado su calidad en la primera vuelta deteniendo tres penaltis.
El Athletic no bajó el ritmo y continuó acechando la portería rival. De Marcos tuvo una ocasión clara con un remate en plancha, pero de nuevo el meta argentino evitó el gol. Sin embargo, en el tiempo de descuento de la primera mitad, Berenguer firmó una gran jugada y asistió con un preciso centro a Sancet, que esta vez no perdonó y firmó su doblete.
Debut prometedor
Tras el descanso, el Girona intentó reaccionar, pero apenas generó peligro. Un disparo de Bryan Gil que detuvo Unai Simón fue la única acción destacable para los visitantes. Valverde apostó por la entrada de Maroan, quien tuvo un debut prometedor y estuvo a punto de generar otro gol. En una de sus acciones, dejó solo a Sancet, aunque el mediapunta no pudo concretar ante Gazzaniga.
El tercer gol llegó tras un robo y un pase preciso de Iñaki Williams, que dejó a Sancet mano a mano con el portero. Con gran calidad, el jugador rojiblanco picó el balón por encima del portero para sentenciar el partido y desatar la euforia en San Mamés.
El partido también sirvió para que otro debutante, Buján, tuviera sus primeros minutos con el primer equipo, completando una tarde que hubiera sido redonda de no ser por el clima enrarecido en el estadio. Un San Mamés que pitó a la Herri Harmaila cuando se pusieron a entonar el cántico «Herri harmaila, aurrera». Muchos flecos que solucionar para que no tengamos que vivir una situación tan lamentable.
