
La 39ª edición de los Premios Goya será recordada por su resultado inédito: por primera vez en la historia del certamen, el galardón a Mejor Película fue entregado de forma ex aequo a dos cintas. Las ganadoras fueron La infiltrada, dirigida por la bilbaína Arantxa Echevarría, y El 47. La gala, celebrada este sábado en el Palacio de Exposiciones de Granada, tuvo un marcado acento vasco, con varias producciones del territorio llevándose algunos de los premios más destacados.
La infiltrada no solo se alzó con el premio principal, sino que también logró el Goya a Mejor Actriz Protagonista para Carolina Yuste. La película cuenta la historia real de una agente de la Policía Nacional infiltrada en ETA, una trama cargada de tensión y emoción que ha conquistado tanto al público como a la crítica.
Más premios para producciones vascas
Otra de las grandes triunfadoras de la noche fue Marco, dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño, que sumó dos premios. Eduard Fernández recibió el Goya a Mejor Actor Protagonista por su interpretación de Enric Marco, un líder sindical que se hizo pasar por superviviente de un campo de concentración nazi. El segundo galardón para Marco fue a Mejor Maquillaje y Peluquería, que recayó en Karmele Soler, Sergio Pérez Berbel y Nacho Díaz.
El veterano compositor donostiarra Alberto Iglesias añadió un nuevo éxito a su carrera al conseguir su duodécimo Goya por la banda sonora de La habitación de al lado, dirigida por Pedro Almodóvar. Iglesias destacó el trabajo colectivo detrás de la música, señalando la continua búsqueda de nuevas sonoridades junto a Almodóvar.
En el apartado de cortometrajes, el talento vasco y navarro volvió a brillar. Cafuné fue premiado como Mejor Corto de Animación, mientras que Semillas de Kivu, con la participación de las productoras vascas Uniko y Amania Films, se llevó el Goya a Mejor Cortometraje Documental por su impactante relato sobre las consecuencias de la guerra en la República Democrática del Congo.
Premios Goya de Honor e Internacional
Aitana Sánchez-Gijón, homenajeada con el Goya de Honor, protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche. La actriz, que ha trabajado con más de 40 directores, quiso recordar a las pocas mujeres cineastas con las que ha colaborado, destacando que «por suerte, las cosas están cambiando». En su discurso, evocó las palabras de Marisa Paredes, recientemente fallecida, para denunciar el fanatismo y las nuevas formas de imperialismo. «No hay que tener miedo a la cultura, sino a la indiferencia, la mentira y la violencia», afirmó.
Otro momento estelar fue la entrega del Goya Internacional al actor estadounidense Richard Gere, de manos de Antonio Banderas. Gere recibió el galardón con palabras de agradecimiento y reconocimiento al cine español. El actor se convirtió en el cuarto intérprete en obtener esta distinción, tras Cate Blanchett, Juliette Binoche y Sigourney Weaver.