
Durante el encuentro disputado en el estadio Reino de León, el futbolista Nassourou Ben Hamed Ndongo, del Amorebieta, reportó insultos racistas. Procedían de la grada de Preferencia Oeste. El árbitro principal, García Riesgo, reflejó el incidente en el acta del partido. Señaló que el jugador con el dorsal 14 notificó los hechos mientras se encontraba fuera del terreno de juego tras recibir atención médica.
Según la versión del colegiado, Ndongo informó primero al cuarto árbitro y, tras recibir autorización para reincorporarse al campo, se dirigió personalmente a él para trasladarle que había sido víctima de insultos racistas por parte de dos aficionados. Los gritos ofensivos provenían de una zona cercana al banquillo local y al acceso a los vestuarios. A pesar de que ni el asistente número 1 ni el cuarto árbitro pudieron escuchar los insultos, el protocolo antirracista se activó inmediatamente.
El partido se interrumpió durante aproximadamente dos minutos, mientras se advertía por megafonía a los asistentes que cesaran los comportamientos racistas para evitar la aplicación de medidas más severas. Tras consultar con el propio jugador, este manifestó estar en condiciones de continuar el partido, por lo que el encuentro siguió sin que se registraran más incidentes hasta el pitido final.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de erradicar el racismo en el fútbol y de reforzar los mecanismos de actuación para proteger a los jugadores ante este tipo de situaciones.