Un sueño cumplido: Rafael y su primera vez en San Mamés

Un regalo familiar que convirtió un anhelo en realidad
Rafael con sus entradas / Ainhoa (X)

La pasión por el fútbol trasciende generaciones, y en el caso de Rafael, un abuelo nacido en Hellín (Albacete) pero afincado en Valencia, esa pasión tiene un solo color: el rojiblanco del Athletic Club. Su nieta Ainhoa nos cuenta que, desde que tiene memoria, su abuelo ha seguido fielmente cada partido del Athletic. Ya sea desde la televisión o en vivo en el Ciutat de Valencia cuando las circunstancias lo permitían. Sin embargo, a pesar de su inquebrantable amor por el equipo, Rafael nunca había podido cumplir un sueño largamente acariciado: visitar San Mamés.

Pero la espera ha terminado. Gracias al cariño y la complicidad de su familia, ese anhelo se ha hecho realidad. «Es difícil explicar cómo se siente ahora mismo, solo hace falta ver el vídeo», confiesa Ainhoa, visiblemente emocionada. Ese vídeo, grabado sin intención de ser compartido en redes, recoge el momento en que Rafael recibe las entradas para viajar a Bilbao y asistir por fin a un partido en la Catedral del fútbol.

Una txapela y una bufanda

Todo comenzó con un pequeño gesto de amistad. Unos amigos de Erasmus del hermano de Ainhoa, al saber de la pasión de Rafael por el Athletic, le regalaron una txapela y una bufanda del equipo. Fue tal la alegría que sintió al recibirlos, que su familia decidió dar un paso más y hacerle el mejor regalo posible: un viaje a Bilbao para ver en directo al equipo de su corazón.

El viaje tenía sus desafíos. Rafael llevaba más de veinte años sin subir a un avión, y con la edad, los desplazamientos pueden ser complicados. Sin embargo, el mes pasado, por causas de fuerza mayor, tuvo que volar nuevamente y la experiencia resultó todo un éxito. Ese fue el empujón definitivo para que la familia comprara los billetes y organizara el esperado viaje.

Ahora, Rafael está a punto de pisar San Mamés por primera vez, rodeado de su familia y con el corazón latiendo al ritmo de su equipo. La emoción es indescriptible, pero los colores rojiblancos que lleva en el alma brillarán más que nunca en la Catedral.


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