
Estos días, ya lo saben, estamos pendientes de estado del Papa, que continúa ingresado en un hospital de Roma. De momento, aunque sigue crítico, parece que ha tenido una leve mejoría. En esta situación nos hemos acordado del proceso que se sigue en el Vaticano cuando un papa fallece, el famoso cónclave. Les explicamos en qué consiste.
Se celebra cada vez que muere un Papa, o que renuncia, como hizo Benedicto XVI. Puede durar días y aquí, en el seno de la Iglesia católica, también se ponen de manifiesto las luchas de poder. La Capilla Sixtina es el escenario del cónclave. Los cardenales se reúnen y se encierran bajo llave. Tan sólo los menores de 80 años votan y lo hacen además en una papeleta secreta. Se necesita una mayoría de dos tercios para elegir a un nuevo Papa.
Fumata blanca o negra
Si tras una votación no sale elegido ningún Santo Padre es cuando se produce la fumata negra. Si la fumata es blanca, por tanto, el humo que sale de la Capilla Sixtina es blanco, habemus papam. Minutos después, en el balcón de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia quién es el nuevo Papa. Como curiosidad, el último cónclave se celebró en 2013 cuando fue elegido el actual Papa Francisco.