
A algunos familiares de los residentes en el centro Albiz Santiago Llanos, de Sestao, les parece poco la multa que le ha impuesto la Diputación Foral de Bizkaia. En El Madrugador de esta casa hemos hablado con Tere, que denuncia que cree que su madre pudo morir por una negligencia de la residencia. Por todo ello, es una de las personas que firmó varios escritos que se enviaron al Ente Foral explicando las deficiencias que veían en el centro, multado ahora con 23.500 euros, por no cumplir los ratios de personal, sujeciones no debidas… «Cada vez que iba era poner el grito en el cielo«.
Tere no tiene queja de los auxiliares de planta, que hacían lo que podían, «trataban súper bien a mi madre», pero no entiende como sólo había dos personas en el turno de tarde, y sólo una en el de noche. Nos ha contado que «el servicio médico era un desastre. A mí madre le salió un sarpullido y me dijeron que había que esperar, que podía ir a un dermatólogo así por así. Era sarna«.
Finalmente, tan sólo cuatro meses en la residencia, su madre murió por una infección de orina que pasó a la sangre. «Estuve un mes y medio pidiendo un análisis que nunca llegó. El 31 de marzo yo misma tuve que llamar al 112». En este sentido, Tere nos ha hablado de falta de información por parte de este centro, de gestión privada, pero con acuerdos con la Diputación, y por cuya plaza pagaban 3.500 euros al mes.