Varias mujeres de la iglesia de Arteaga toman las riendas de las celebraciones dominicales

Cuando el sacerdote desistió de sus obligaciones debido a su avanzada edad, varias mujeres tomaron las riendas de las celebraciones

El pasado domingo, a raíz de una llamada de una oyente que expresaba su sorpresa por la presencia de mujeres oficiando celebraciones en la iglesia de Aranguren (Zalla), el equipo de Radio Nervión decidió investigar este posible cambio en el papel de las mujeres dentro de los cuerpos eclesiásticos.

La oyente comentaba que, después de mucho tiempo sin asistir a la iglesia de Aranguren, decidió acudir a misa hace un par de semanas, y lo que presenció allí la dejó sorprendida. «Entré a la iglesia y unas mujeres del coro nos dieron la bienvenida, y yo estaba esperando al cura. Se subieron las del coro y leyeron el evangelio. No sé si eso será legal», comentó. «La misa la dio la gente del coro, las que cantan allí«, añadió. Al salir, la oyente habló con una de las mujeres y le explicó que hay pocos curas para Zalla y que, en muchos domingos, son las mujeres del coro las que ofician la misa. Para ella, la presencia de las mujeres en ese rol era muy inusual: «A mí eso no me parece que sea legal.»

Lo mismo ocurre en Arteaga. Hablamos con Begoña Urberuaga, una de las mujeres implicadas en las celebraciones de la iglesia de Arteaga.

A sus 71 años, asegura que llevaban casi un año sin cura antes de comenzar a oficiar estas celebraciones. «Viene un vicario cada 15 días, está entre Arteaga y Kanala, y viene los domingos alternos», explica. Según Begoña, lo que estas mujeres organizan no es una eucaristía ni una misa, ya que ellas no pueden consagrar las obleas de la comunión; estas ya están consagradas. Afirma que lo que ellas hacen es una Ospakizuna (celebración en castellano), «una celebración muy bonita» en la que el vicario les indica lo que deben leer en esta celebración bilingüe.

Cuando Jesús Arrien, sacerdote de la iglesia de Arteaga, tuvo que desistir de sus obligaciones debido a su avanzada edad, varias mujeres de Arteaga decidieron tomar las riendas y continuar con las celebraciones dominicales en los días en que no había sacerdote disponible para oficiar misa.

Begoña asegura que los vecinos de Arteaga están encantados con esta iniciativa: «Les encanta, es más rápido que con el cura y es muy bonito porque es cantado.» Añade que en pocas iglesias se realiza algo similar. «Nos ofrecimos y la gente está encantada. Algunos vienen siempre, otros prefieren al cura, pero venir vienen.»


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