
El Club de Gordos de Bilbao, fundado en 1953. Para ser miembro, bastaba con cumplir tres condiciones: ser hombre, pesar más de 100 kg y no hacer ejercicio físico. Gracias al El Noticiario Cinematográfico Español, más conocido como NO-DO sabemos que ingresar al club era tan sencillo como subirse a la báscula. Si superabas los 100 kilos, podías ser socio, y si llegabas a los 120, automáticamente te convertías en Socio de Honor.
El club, creado por Nicolás Goirigolzarri, dueño del restaurante ‘Nicolás’, tenía una docena de socios y se reunía en este restaurante, que se convirtió en su sede principal. Uno de los estatutos del club más llamativos era la prohibición de hacer «ejercicios gimnásticos». El lema del grupo, «generosidad, humor y bondad», reflejaba la imagen positiva que se tenía del sobrepeso en esa época. A los obesos se les solía asociar con la figura del «gordo bonachón» o el «gordo próspero», en lugar de la actual imagen del «gordo perezoso» culpable de su condición.
A pesar de su popularidad en los años 50 y 60, el Club de Gordos de Bilbao pasó al olvido. En 1993, un intento de refundar el club fracasó. Muchos de los miembros ya mayores recibían recomendaciones médicas para reducir su consumo de alimentos y bebidas. En la actualidad, la visión sobre la obesidad y la salud ha evolucionado profundamente, lo que antes era motivo de orgullo en este club, ahora se ve bajo una luz completamente diferente.