Después de casi 45 años de trabajo y dedicación llega el momento de decir adiós. El alma de la librería Urrike de Durango se jubila. El negocio seguirá abierto pero ella, Asún López, dejará de estar detrás del mostrador para buscarnos un libro o recomendarnos otro. Este ha sido su día a día durante décadas, desde que en 1981 decidió no ejercer su profesión, la de profesora, y adentrarse en el negocio familiar.
En un primer momento la librería, una de las más queridas de Durango, estaba ubicada justo en frente del Instituto Fray de Zumarraga. Quienes hemos estudiado en este centro hemos comprado allí cuadernos, bolis, lápices… y libros, muchos libros. Sin embargo, a pesar de pensar que pudiera ser un buen sitio, no lo era tanto. No estaba en el centro. Por ello, hace ya más de 20 años se trasladaron a Kalebarria, en pleno Casco Viejo, dando un nuevo impulso a su comercio. Desde entonces ha fomentado el hábito literario en la localidad con, además de vender libros, para grandes y pequeños, club de lectura, presentaciones, y hasta un concurso de relatos.
Es hora de jubilarse
Pero es hora de jubilarse, tras tantos años de trabajo, un tiempo en el que ha habido momentos muy buenos y otros no tanto, pero en los que Asun ha sido feliz: «a veces he disfrutado, otras he sufrido, pero he hecho muchas amistades y estoy muy agradecida por haber trabajado en lo que me ha gustado». Ahora se abre una nueva etapa y en unos meses se producirá el traspaso de Urrike, ya que la librería, como decimos, no se cierra. «Entre las cosas que más echaré de menos, está el contacto con los clientes, con los proveedores. También pensar en cuáles pueden ser las novedades que más pueden gustar».
En unas semanas la vida de Asun López dará un giro y podrá empezar a disfrutar de otras cosas para las que quizás, hasta ahora, no tenía tiempo.
