
La “ceguera silenciosa”, como se conoce popularmente al glaucoma, podría llegar a afectar a casi 73.300 vascos en 2030 si no se toman medidas urgentes, según las últimas estimaciones médicas.
Este grupo de enfermedades oculares, que en la mayor parte de los casos se caracteriza por un daño progresivo del nervio óptico, sigue siendo a día de hoy la causa principal de ceguera irreversible en el mundo. Como en sus inicios es asintomático, se calcula que alrededor de un 40% de las personas que lo padecen no lo sabe y, cuando reciben el diagnóstico, ya es demasiado tarde y la pérdida de visión es considerable.
Por este motivo, durante la Semana Mundial del Glaucoma, la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) quiere destacar la importancia de un diagnóstico precoz, así como una correcta adherencia a los tratamientos pautados por los oftalmólogos especialistas para frenar el avance. La Asociación destaca la importancia de realizar revisiones periódicas anuales. AGAF también solicita que esta patología se incluya dentro del grupo de enfermedades neurodegenerativas. De esta forma, las investigaciones buscarían cómo regenerar el nervio óptico y, por tanto, recuperar la visión.