
Las playas de Bizkaia son reconocidas por su diversidad y encanto, atrayendo tanto a turistas como a locales que buscan disfrutar del mar Cantábrico. Entre todas ellas, destaca una en particular por su extensión y popularidad entre los surfistas: la playa de Bakio.
Con una longitud de aproximadamente 982 metros, Bakio se posiciona como la playa más larga de Bizkaia. Su amplio arenal y las condiciones del oleaje la convierten en un destino predilecto para los amantes del surf, ofreciendo olas consistentes que desafían tanto a principiantes como a expertos.
De playa a playa
Una curiosidad notable es que, en la década de 1990, se utilizó arena de la playa de Bakio para regenerar la playa de Arrigunaga, en Getxo. La playa presentaba un aspecto oscuro y poco atractivo debido a la acumulación de materiales industriales que llegaron por la ría durante el siglo XX. Estos residuos, procedentes de los altos hornos y otras fábricas, se cementaron con el tiempo formando una especie de roca arenisca que contenía desde latas hasta trozos de ladrillo.
Para regenerar esta playa, el Ayuntamiento de Getxo impulsó en los años 90 un proyecto de recuperación que incluyó el traslado de arena desde la playa de Bakio mediante un sistema de bombeo. Además, se construyeron tres diques de contención en el acantilado de Aixerrota para retener la nueva arena. Este proyecto de recuperación ambiental permitió mejorar las condiciones de Arrigunaga, beneficiando a los habitantes y visitantes de la zona.
Además de su atractivo para los surfistas, Bakio ofrece un entorno natural privilegiado, con paisajes que combinan mar y montaña, y proximidad a lugares emblemáticos como San Juan de Gaztelugatxe, añadiendo valor turístico a la región.