
Mientras algunas zonas de España crecen sin freno, otros rincones del país se vacían poco a poco, dejando a su paso calles desiertas y casas vacías. En Euskadi, esta realidad también se deja notar, con varios municipios que cuentan ya con menos de 150 habitantes y ven peligrar su continuidad.
Tres municipios vascos por debajo de 150 habitantes
Aunque Euskadi es una de las comunidades más industrializadas y densamente pobladas de España, sus zonas rurales viven una realidad muy distinta. Existen municipios que han visto reducir sus habitantes de forma alarmante en los últimos años, y de no revertir la tendencia, podrían llegar a desaparecer.
En la región, tres pueblos se encuentran especialmente amenazados por la despoblación. Uno de ellos es Beizama, en Gipuzkoa, que ha pasado de tener 159 habitantes en 2002 a solo 136 vecinos en la actualidad. Otro caso preocupante es el de Gaintza, que en el mismo periodo ha reducido su población de 136 a 128 personas. Finalmente, el pequeño municipio de Orexa, pese a contar actualmente con solo 114 habitantes, ha logrado revertir ligeramente la tendencia al alza tras haber tenido apenas 81 residentes hace dos décadas.
Frenar la despoblación: un reto urgente
La lucha contra la despoblación requiere medidas urgentes y eficaces. Fomentar el teletrabajo, ofrecer incentivos fiscales para atraer familias y reforzar los servicios básicos como la sanidad, el transporte y la educación son algunas de las soluciones que podrían frenar este fenómeno.
Además, el turismo rural se presenta como una oportunidad clave para revitalizar estas zonas. Apostar por la gastronomía local, el patrimonio histórico y la riqueza natural puede atraer visitantes y generar nuevos empleos. En otras regiones de España, iniciativas como la rehabilitación de viviendas y la oferta de alquileres asequibles han sido clave para recuperar población y devolver la vida a municipios que parecían condenados al abandono.