
El Bilbao Basket aguantó lo que pudo pero terminó rindiéndose al poderío del Real Madrid y cayó por 88-70 en el WiZink Center en un partido que llegó equilibrado al descanso (34-34), pero que se rompió en la segunda mitad con el físico y la calidad de banquillo de los locales. Un parcial de 14-0 en el último cuarto terminó por sentenciar el duelo.
El equipo bilbaíno afrontó el choque mermado por las bajas sensibles de Tryggvi Hlinason y Marvin Jones, lesionados en el partido de ida de semifinal de la FIBA Europe Cup en la ciudad francesa de Dijon, lo que obligó a Amar Sylla, un jugador que no ha entrado en demasía en los planes del técnico, a asumir la referencia en la pintura. Además, el joven Moussa Bagayoko debutó en la Liga Endesa dejando detallitos de su potencial.
Sin opciones
Tras el descanso, los Men in black aún tuvieron alguna ocasión en los aciertos desde los 6,75 en las muñecas de Sylla y Cazalon, pero el conjunto de Chus Mateo terminó menoscabando las opciones bilbaínas con los puntos de Llull y de Tavares. A los de Ponsarnau se le empezaron a poner las cosas cuesta arriba con fallos incomprensibles como los tres tiros libres consecutivos errados por Domínguez y De Ridder.
Jaume Ponsarnau optó por una rotación amplia en busca de equilibrio y encontró en Kristian Kullamae un factor positivo. Sin embargo, la explosión de Sergio Llull y Facundo Campazzo, sumada al dominio interior de Walter Tavares y Serge Ibaka, acabó con las opciones bilbaínas.
Con el objetivo de revertir la eliminatoria europea ante el Dijon, el Bilbao Basket deberá mejorar en ataque y aprovechar la diferencia de potencial con el conjunto francés, que no cuenta, en ningún caso, con el poderío interior madridista. La empresa es sumamente complicada, pero no imposible.