
Vecinos del barrio de Rekalde en Bilbao han denunciado públicamente el maltrato y abandono de un perro por parte de un residente, un hombre que según fuentes locales tiene problemas mentales y actitudes agresivas tanto hacia los animales como hacia los vecinos.
Según los testimonios de algunos de los residentes, el hombre en cuestión, de aproximadamente 50-60 años, deja a su perro atado en la vía pública, sin comida ni cuidados adecuados. En uno de los incidentes más graves, un testigo asegura haber visto cómo el hombre le daba patadas mientras el perro estaba sentado. Además, señalan que el animal está visiblemente desnutrido.
Una vecina, afectada por la situación, declaró: » Está desnutrido y ha sido atado en una farola, dejando al animal allí sin ningún cuidado». Los vecinos aseguran también que, en una ocasión, el perro fue dejado atado a una persiana, lo que casi lo ahorca, hasta que otro vecino intervino para evitar la tragedia.
El hombre tiene otro perro pequeño al que tampoco saca a pasear
En cuanto a la actitud de las autoridades, los denunciantes aseguran que tanto la Policía Municipal como la protectora de animales no han tomado medidas efectivas. «Me dijeron que lo iban a llamar, pero no han hecho nada», lamentó otra vecina. Además, denuncian que, aunque el maltrato animal es evidente, las autoridades no actúan si no hay pruebas visuales claras, lo que deja a los animales en una situación de total desprotección.
La indignación de los vecinos ha crecido, sobre todo después de que se conociera que el hombre tiene otro perro pequeño al que tampoco saca a pasear. La situación ha llegado a un punto crítico, con más de 200 personas en un grupo de Facebook denunciando lo que consideran maltrato animal, pero también la ineficacia de las autoridades ante estos casos. «Es una muerte anunciada para estos perros, y no podemos quedarnos de brazos cruzados», afirmaron los vecinos.
En este contexto, los residentes piden la intervención de las autoridades locales, como el Ayuntamiento y el Juzgado, para tomar medidas judiciales y garantizar el bienestar de los animales involucrados. «Es necesario que se entre a su casa y se compruebe el estado de los animales», concluyeron.