
El bacalao forma parte de nuestra dieta y se encuentra en muchos de nuestro menús. Al pil pil, a la vizcaína, encebollado…. Son un sinfín las maneras de preparar este producto que podríamos decir que es de Bilbao de toda la vida. Pero lo cierto es que siempre se ha consumido en la Villa, pero fue en pleno siglo XIX cuando se alzó como uno de los alimentos estrella. Y todo ello por un error.
Un error en el pedido
Según recuerdan desde la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, Zazpikaleak, han recordado que el bacalao es un producto histórico en Bilbao que se convirtió en un plato esencial en los hogares fruto de una casualidad. En 1835, José María Gurtubay, un comerciante del casco histórico, que se dedicaba a la importación de bacalao, realizó un pedido a sus proveedores en el que escribió: «Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior». Las cantidades estaban escritas en cifras y se interpretó mal la «o», confundiéndola con un cero; así que recibió en puerto un millón ciento veinte bacaladas.
Justo en esas fechas, por «fortuna» para el comerciante, la Villa fue sitiada por las tropas carlistas y no podía entrar ni salir ninguna mercancía de la ciudad. Así que el bacalao del comerciante se convirtió en la alimentación de los bilbaínos durante aquellos meses.