Barry Simpson, nacido en Glasgow, Escocia, lleva 10 años viviendo en Gernika, y su historia de vida en Euskadi es un ejemplo de integración y adaptación. Barry conoció a su mujer en Londres, donde ambos trabajaban como conductores de autobús. A pesar de lo que podría parecer una vida cómoda en la capital inglesa, la pareja decidió mudarse al País Vasco, donde la vida es más tranquila. «La vida en Londres es muy estresante. Aunque ganábamos bien, aquí vivimos en un caserío con terreno, encontramos paz y tranquilidad», explicó Barry.
Aunque su hijo nació en Londres, Barry asegura que el pequeño ya se considera «un vasco de corazón». Incluso en el fútbol, el niño tiene el corazón dividido: es hincha tanto del Athletic como de los Rangers de Escocia, el equipo que Barry sigue con pasión. En la próxima visita al estadio de San Mamés, Barry se anticipa a una divertida rivalidad familiar: él llevará su camiseta de los Rangers, mientras que su lucirá la del Athletic.
«Aquí la gente es muy amable y sociable»
Una de las cosas que más valora Barry de su vida en Euskadi es el clima, la gente y, por supuesto, la comida. «El tiempo aquí es mucho mejor, la gente es muy amable y sociable, algo que no encuentras tanto en Londres», comenta. En cuanto a la gastronomía, se confiesa amante de los guisos tradicionales.»Hay tantas cosas que me gustan aquí, cada día descubro algo nuevo», añade.
Además, Barry ha hecho un esfuerzo por integrarse aún más en la cultura vasca al estudiar euskera en un euskaltegi local. Asegura que, aunque el idioma no es fácil, ha disfrutado mucho aprendiendo «Es un proceso lento, pero poco a poco voy mejorando», afirma con humildad.
Barry y su familia no tienen planes de regresar a Londres. De hecho, han construido su propia casa en el terreno de su suegra, lo que reafirma su decisión de establecerse definitivamente en Euskadi. «Estoy súper, súper contento aquí. La gente me ha acogido muy bien y, a pesar de venir de tan lejos», concluye Barry.
