
La estación de Amézola, uno de los puntos cruciales del sistema ferroviario de cercanías en Bizkaia, se enfrenta a una situación que se ha vuelto habitual para muchos usuarios: sus ascensores están fuera de servicio. Sin embargo, lo que podría parecer un problema puntual se ha convertido en un símbolo del estado de abandono que arrastra el servicio gestionado por Renfe.
El ascensor averiado, vital para el acceso de personas con movilidad reducida, lleva meses sin funcionar. Usuarios denuncian que no es la primera vez que ocurre y que la reparación se retrasa sin justificación. Mientras tanto, la accesibilidad se ve gravemente limitada y la indignación crece.
Amézola no es una estación cualquiera. Su ubicación estratégica conecta varios municipios del Gran Bilbao y descongestiona el tránsito en la capital. Retrasos, averías, falta de mantenimiento y escasa accesibilidad se han convertido en parte del día a día de los usuarios.
Reforma urgente
El deterioro del ascensor de Amézola no es un caso aislado, sino la punta del iceberg. Las escaleras mecánicas de Zabalburu y San Mamés también se encuentran sin funcionamiento desde hace meses. La red de cercanías de Bizkaia necesita una intervención inmediata, seria y estructural. Los ciudadanos no reclaman lujos, sino un servicio seguro, accesible y a la altura de la región que conecta.