
Old Trafford es conocido como El Teatro de los Sueños, un escenario mítico del fútbol europeo. Pero este jueves, los sueños se mudan de escenario. Porque será en nuestra Catedral, en San Mamés, donde el Athletic reciba al Manchester United en la ida de las semifinales de la UEFA Europa League. Un templo que ha sido fortín durante toda la temporada y que ahora se prepara para vivir una noche que puede ser histórica.
El United atraviesa uno de sus momentos más irregulares en la última década. Desde la marcha de Sir Alex Ferguson, el gigante inglés ha vagado sin rumbo claro, entre fichajes millonarios, entrenadores interinos y decepciones continuas. El aura de dominio que un día impuso en Inglaterra y Europa se ha ido diluyendo poco a poco. Y, sin embargo, aquí están: semifinalistas continentales, agarrados al orgullo de su escudo y al carácter competitivo que, cuando toca Europa, parece resurgir. Que no anden bien en la Premier no significa que sean un rival menor. Han llegado a esta ronda a base de empuje y fe. Y eso siempre impone respeto.
«La última vez que nos cruzamos con el United, en 2012, firmamos una de las mayores exhibiciones de nuestra historia europea.»
Para el Athletic, este duelo también evoca recuerdos imborrables. La última vez que nos cruzamos con los ingleses, en 2012, firmamos una de las mayores exhibiciones de nuestra historia europea. Fue en Old Trafford, con Marcelo Bielsa en el banquillo y la icónica zamarra verde luciendo con orgullo. Un 2-3 que asombró a todo el continente. De aquel once, solo queda un superviviente: Óscar de Marcos. El de Laguardia afronta su última aventura continental lejos de casa, pero lo hace como titularísimo, como leyenda viva, como estandarte de un club que, como él, no negocia el esfuerzo.
Este jueves, San Mamés será más Catedral que nunca. Hemos hecho de nuestro estadio un bastión, un lugar donde los rivales tiemblan y donde nuestros leones se agrandan. Y ahora llega la cita más grande: una semifinal europea, con la posibilidad real de jugar la final… en casa. Porque sí, ganar esta eliminatoria nos llevaría a disputar la final en nuestro propio templo, ante nuestra gente, con nuestra historia a flor de piel.
No será fácil. El United es un club herido, pero no vencido. Pero el Athletic también es un club que sabe sufrir, resistir y, sobre todo, creer. En la Catedral de los sueños, soñamos todos. Y el jueves toca soñar muy fuerte.