¿Qué criterios se siguen a la hora de conceder un perro guía?
Nuestra oyente, Iratxe, llamó el pasado domingo al programa ¡Vaya domingo! de nuestro compañero Joseba para contar lo que le estaba ocurriendo. Iratxe siempre ha convivido con un resto visual pequeño que la permitía arreglarse bien. Pero hace cinco años, un glaucoma terminó convirtiéndose en una ceguera total.
Lleva afiliada a la ONCE 41 años y a la hora de solicitar un perro guía se lo han denegado. Nos contaba que en la entrevista con la psicóloga lo único que dijo es que cuando salía de casa «estaba en estado de alerta». Según Iratxe, la explicación que le ha dado la ONCE ante la negativa es que una persona que está en ese estado «emocionalmente no está preparada para tener un perro guía».
En Radio Nervión hemos querido conocer los criterios que se siguen a la hora de conceder, o no, un perro guía. Mª Jesús Varela, directora de la Fundación Once del Perro Guía, deja claro que «no estamos entregando algo que se pueda dejar y utilizarse en un momento dado. Estamos entregando, ante todo, un animal. Un ser vivo. Y lo que el perro guía puede o no puede hacer a veces se escapa un poco del conocimiento de las personas».
Además del reconocimiento físico y psicológico del solicitante, también se tienen en cuenta aspectos como la situación económica de la persona para asegurar el cuidado del perro, las condiciones de habitabilidad o si la unidad familiar aceptará el animal.
Varela también ha indicado que tienen que verificar «que esa persona necesita el perro guía como medio de movilidad y no como un animal de compañía o de terapia. También que sepa desplazarse de forma autónoma con bastón». Este requisito es especialmente importante ya que el perro guía evita obstáculos y peligros, pero no elige qué ruta seguir; eso es decisión de la persona.