Relaciones entre madres e hijos: «Le dije que no podía ir a por mi nieto por temas médicos y ni preguntó qué pasaba»
Las relaciones entre madres e hijos pueden ser todo un desafío, especialmente cuando las madres sienten que sus hijos no muestran el afecto o la preocupación esperada. Estos conflictos a menudo surgen de las expectativas: las madres pueden desear comportamientos específicos como visitas frecuentes o muestras claras de afecto, mientras que los hijos adultos, debido a su independencia o estilo de vida, expresan el cariño de maneras diferentes.
Hoy, en El Madrugador, hemos recibido la llamada de Ana, una mujer que siente que su hijo solo la llama cuando la necesita. «Que nos regalen un poquito de tiempo, que no sea solo en el día de mi cumpleaños porque hay que ir», explicaba. En algunas ocasiones, Ana no ha podido ayudar a su hijo «y no se han cuestionado el porqué». Ella nos explicaba que eran situaciones en las que tenía médicos y no recibió ninguna pregunta por parte de su hijo.
También hemos conocido el relato de Laura, una mujer que ha aprendido de la importancia de la educación emocional y las expectativas que tenemos de los demás. Para ella el problema de Ana es que «no se quiere a sí misma». «No podemos dar a los demás lo que no podemos darnos a nosotros mismos», añadía.
Educación emocional y las expectativas
La educación emocional es clave para abordar esta situación. Reconocer y aceptar las emociones propias, como tristeza o frustración, es el primer paso. Además, es esencial practicar la empatía, entendiendo que los hijos adultos también enfrentan sus propios retos y prioridades. Evitar comparaciones con «cómo deberían actuar» ayuda a deshacerse de expectativas poco realistas, permitiendo que la relación evolucione de forma saludable.
¿Cómo se puede mejorar la relación?
Es importante mantener una comunicación abierta y honesta. Es crucial hablar desde la vulnerabilidad, expresando sentimientos sin culpar. También es necesario ajustar expectativas y entender que el amor puede mostrarse de maneras diferentes. El cariño no siempre está en la frecuencia con la que contactamos, sino en los momentos significativos compartidos, por eso es vital ser conscientes para reducir el resentimiento y los reproches.
La autonomía emocional es otro punto a tener en cuenta. Es importante que las madres desarrollen actividades, relaciones y pasiones fuera del rol parental. Esto puede aliviar la dependencia emocional excesiva hacia los hijos y equilibrar la dinámica. En ocasiones, buscar ayuda profesional puede ser beneficioso para ambas partes, ayudando a resolver tensiones no expresadas y promoviendo una relación más madura y respetuosa.