Emilio, director del colegio Berri-Otxoa: "Lo más importante es mentener la comunicación inmediata, saber leer los silencios de un niño"

El colegio ha sido condenado a pagar 40.000 euros a la familia de la niña de cinco años que sufrió acoso escolar

El Colegio Hijas de la Caridad Nuestra Señora de Begoña apelará ante la Audiencia Provincial de Bizkaia

Las agresiones tuvieron consecuencias emocionales y psicológicas graves en la víctima, como la pérdida temporal del habla, ansiedad y problemas para dormir. / Freepik

El Colegio Hijas de la Caridad Nuestra Señora de Begoña ha anunciado que apelará ante la Audiencia Provincial de Bizkaia la sentencia que lo condena a pagar 40.000 euros a la familia de una niña de cinco años por no haber actuado ante un grave caso de acoso escolar. Según informa EITB, el centro educativo discrepa del fallo judicial, sosteniendo que se cumplieron todos los procedimientos legales y que mantuvieron comunicación constante con el Departamento de Educación. La dirección del colegio argumenta que la situación de la menor no constituye un caso de acoso o bullying, aunque admiten que puede haber habido «actitudes inadecuadas» por parte de otra estudiante.

Según la sentencia, la niña fue víctima de agresiones físicas y abusos de índole sexual por parte de una compañera, situación que se prolongó durante varios meses y que tuvo consecuencias emocionales y psicológicas graves, como la pérdida temporal del habla, ansiedad y problemas para dormir. La familia, que finalmente cambió a su hija de centro, había alertado en varias ocasiones sobre la situación.

Secuelas años después

La sentencia revela que la niña, diagnosticada con un cuadro de estrés postraumático severo, sigue en tratamiento psiquiátrico y bajo medicación tres años después de los hechos. El juez consideró que el centro no solo ignoró el sufrimiento de la menor, sino que falló en su responsabilidad de crear un entorno seguro. El testimonio de la psiquiatra de Osakidetza indicó que la menor llegó a un punto en el que solo podía comunicarse dibujando círculos, y necesitaba ansiolíticos constantemente debido al impacto de las agresiones sufridas.

Aunque el colegio defendió su actuación, el juez concluyó que las medidas tomadas fueron insuficientes y carecieron de eficacia real. A pesar de haber organizado tutorías y reuniones, el centro no logró detener el acoso ni separar a las niñas, como había solicitado la familia. La sentencia considera que el colegio actuó como “mero espectador”, sin proteger adecuadamente a la menor.

Protocolos de actuación

En El Madrugador hemos hablado con Emilio De La Fuente, director del colegio Berri-Otxoa de Bilbao. Nos ha explicado los protocolos que tiene que seguir un centro cuando se expone un caso de bullying y nos da algunas claves para determinar si nuestro hijo podría estar sufriendo acoso escolar. Desde «cambios de actitudes, silenciosy modos de comportamiento», hasta un cambio en las calificaciones o la soledad en los ambitos de socialización. Para el director es imprenscindible que haya comunicación constante entre el centro y los padres, incluso en «lo oculto y lo privado», sin que el menor se entere.


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